domingo, 30 de junio de 2013
GRACIAS SUZANNE!
POR TU ENTREGA Y DEDICACION !!!
GRACIAS RUFI y SANDRA!
GRACIAS AMELIA y JAVIER! (por venir desde tan lejos)
GRACIAS JOSÉ ANTONIO (por tu inestimable ayuda)
y por supuesto, GRACIAS AL INNUMERABLE PÚBLICO (alumnos), por vuestra presencia y por vuestro amor!!.
ME LLENA DE GOZO Y FELICIDAD VER TÁNTAS PERSONAS ENTREGADAS AL ZEN
ESPERO Y DESEO QUE ESTA ENSEÑANZA OS TRAIGA LO QUE NECESITAIS !!!
MIL BESOS.........Y MUCHISIMAS GRACIAS !!!!
NAMASTE
viernes, 28 de junio de 2013
*El ser humano identificado con su personalidad, mide todo a través de la razón y se olvida que posee otros lenguajes
Desarrollar las virtudes del Alma no es acumular contenidos intelectuales, no tiene relación con dogmas científicos o religiosos, ni mandatos sociales o familiares...es conectarse con el Espíritu de vida que nos habita y que hace Uno*
martes, 25 de junio de 2013
Mahatma Gandhi, Carl Gustav Jung, Hermes Primigenio…larga lista la que nos asiste en esta aparente idea (para much@s) pero que es un hecho: “La vida es un espejo”. ¿Difícil de creer? ¿Digno de risa? ¿Locuras? Nada de eso. Esas diferentes actitudes solo falsean tu libertad de pensar que no es cierto: no lo crees y supones que, por ello, ya no es cierto. ¿Crees que importa mucho para que siga ocurriendo? No, no importa nada. Nada de nada exactamente. Ocurre.
Imagínate que eres un escéptico y no crees nada de frases como “la vida es un espejo”. Pues bien: hola, te digo si es que eres esa persona. Expliquemos por qué no estás en lo cierto. Con hechos, pues los hechos siempre se pueden demostrar para tranquilidad de tu inteligencia:
¿Te das cuenta de que elegiste en tu vida determinados caminos verdad? ¿Qué encontraste en ellos? ¿Quizá lo que ves? Sí, exactamente eso. Justo y fielmente lo que ves. ¿Si fuera otros que verías? ¿Otras cosas? Efectivamente. ¿Te das cuenta? La vida, también para ti, es un espejo. No tienes la propiedad de no reflejar lo que piensas y sientes, es un hecho para todas y cada una de las personas. Una vez que has descubierto que no estás “separado” de los demás, podemos comenzar para todos. (Te guiño un ojo).
El espejo está siempre presente, hasta en ámbitos bien cotidianos. Casi cada día se te olvida, pero el astro rey hace que te reflejes sobre lo que te rodea. A eso le llamamos “sombra”. Carl Gustav Jung (1794-1864) denominó como esa palabra a tu subconsciente, ese que hace que la vida sea un espejo que actúa sobre ti pero al que no miras. ¿Acaso estás pendiente de donde está tu sombra? No, claro que no. ¿Quieres un ejemplo más sencillo? ¿Sí? Vale. Imagínate que eres una persona desconfiada…dudas todo…temes…Aquí aparece el espejo en tu vida, convirtiendo en real lo que llevas dentro… ¿A caso no vas a encontrar motivos para desconfiar de todo? Sí, claro. Los encontrarás y los encuentras. ¿Es un espejo o no? Sí, es un espejo. ¿Era un cuento chino lo del espejo? No, no lo es, independientemente de que las personas se opongan.
En un mundo lleno de complejidades y competencias (como si alguien pudiera ser mejor que otro) leyes universales como “la vida es un espejo” parecen quedar en el baúl de las “chucherías” a las que acuden las personas para pasar el rato. Pues no hay ratos, ni rotos, únicamente retos. Sí, hay espejos, el tuyo, eres tú. Recuerda que verás lo que sientes, faltaría más, no ibas a ver lo que siente tu vecino. Ahora bien, ¿Cómo se comprende que te pasen cosas que no te gustan? Sí, se comprende. Las has pedido. Sí, es verdad, lo niegas tanto como que realmente lo has pedido. Tienes justo lo que pediste, pues actuaste exactamente para ello, aunque a mitad de camino creyeras otras cosas.
Quienes no viven en competencia, sino que son competentes (que no es lo mismo) lo explican con sencillez, esa de la que rehúyes por “creer” (tu versión de la realidad) que la solución a tus problemas es más compleja. Entre esos competentes se encuentra Mahatma Gandhi (1869-1948). Dice así:
“La vida es como un espejo: ¡¡Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa!!… O sea, que la actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida, tomará ante mí”.
Traducido al ámbito de la “ciencia” (esa parte de la realidad que dice que ella si lo es y otras cosas no), también podríamos decir que “la vida es un espejo”, pues encaja con sinigual perfección con una de sus leyes más universales (universo humano). Esa norma científica como la que más es la “Ley de Causa y Efecto”. ¿Qué es esto más que “la vida es un espejo”? ¿Crees acaso que tus pensamientos (causa) no van a tener reflejo en hechos (efecto)?
Sí, nuevamente te repito: “la vida es un espejo”. Tu sombra (subconsciente) es a veces la responsable, pues no miras para ella, a no ser que te aburras. La tienes muy poco valorada y controlada.
EL ESPEJO EN LAS PERSONAS
Hemos hablando del espejo en las cosas, acciones, sucesos, retos…pero hay más espejos. Esos son las personas. Quien te rodea a gusto y a disgusto “son” el espejo de tu interior. ¿Te da la risa la reflexión? ¿Crees acaso que esas risas van a cambiar los hechos? Mofarte no te va a ayudar nada ante una ley universal, hasta para la ciencia. Ya sabes: “causa y efecto”. Seguro que la ciencia no te da tanta risa…
¿Alguien no te gusta? Pues eso es un reflejo (espejo) de lo que tú también eres… ¿Podrías acaso reconocer en los demás algo que tú desconoces? No, es imposible. Si reconoces algo, también lo albergas. Solo se sabe ver lo que se sabe al ser. Te pongas como te pongas. ¿No te gusta lo que ves? Eso es que proyectas más tus miedos que tus sueños. Prueba a cambiar, pero cambiar de verdad, y hacerlo sostenidamente en el tiempo. Verás en cuan poco (tiempo) el espejo te brindará lo que pides. Siempre pasa. Siempre y cada vez. Otra cosa es que no ejerzas ese poder, algo muy común.
Ahora ya lo sabes (conscientemente). La vida es un espejo. Elije el reflejo. Por cierto, ahora que cuentas con los espejos, recuerda también ponerte guap@, como a ti te gusta.
Feliz semana a tod@s
lunes, 24 de junio de 2013
LA COPA DE CHAMPAÑA
A la tienda del señor Al Zahir, llegó una mujer profundamente religiosa, Amena, quien estaba muy preocupada por el significado de las escrituras, quería llevar una vida dedicada a sus seres queridos.
Con voz temblorosa y lágrimas en los ojos, Amena dijo:
- Al Zahir, dime ¿cómo lograr que todos mis seres queridos estén felices?. Y agregó: Esto es lo que más anhelo en mi vida, cuando lo logre, podré dedicarme a mí y estar en paz.
Al Zahir la escuchó en silencio y luego le dijo:
- Siéntate que te contaré una historia.
Al Zahir comenzó su relato:
- En el mundo de las cosas, vivía allá hace mucho tiempo y allá a lo lejos, una copa llamada Copaluz. Era una copa muy buena y un día organizó una fiesta. Estaban invitadas todas las copas de la comarca. A la fiesta llegaron todas. Entre ellas estaban sus amigas más queridas: Copafeliz, Coparrota y Dadavuelta.
Dadavuelta era, según la opinión de todas, directamente un ser negativo. Era como si todo lo viese al revés. Nada le parecía bien. Es más, afirmaba que el mundo estaba "dado de vueltas". Las demás copas ya estaban acostumbradas a su actitud y directamente no era tomada en cuenta. Pero, a pesar de todo, Copaluz la había invitado porque era una copa muy bella y quería estar a su lado el día que se diera vuelta.
Al llegar el momento del brindis, Copaluz tomó una botella de champaña y la descorchó alegremente. Todas las copas se acercaron y ella comenzó a llenarlas. Comenzó por aquellas copas que creyó que necesitaban estar más alegres. Primero con Coparrota. Pero por más que Copaluz se esforzaba por llenarla, el líquido no podía contenerse. Este se escapaba por el agujero y se desparramaba sobre la mesa. Intentó luego con Dadavuelta. Pero ésta, como siempre, estaba muy sanita y con las patas para arriba. Por supuesto todo intento de llenar a Coparrota y a Dadavuelta resultó inútil. Cuando Copaluz se dio cuenta ya era tarde: no quedaba champaña para llenar las otras copas, ni pensar siquiera en llenar la suya.
Copaluz era tan buena y considerada que tomó otra botella e hizo lo mismo, volvió a tratar de llenar de champaña a Coparrota y a Dadavuelta. El resultado fue el mismo, no le quedó ni una sola gota para las demás. Volvió a buscar otra botella y se dio cuenta de que ésta era la única que le quedaba para brindar. Un enorme desafío se le planteaba: ¿cómo hacer para llenar todas las copas con la única botella que le quedaba para esa fiesta?. Mañana podría conseguir más champaña, pero hoy ya no, era imposible. Tendría que arreglarse de algún modo con su única botella.
Mientras pensaba y pensaba, muchas ideas se le cruzaban por la mente. Algunas, como la siguiente, las descartó por considerarlas totalmente egoístas: "quizás yo debo tomar el líquido, pues en definitiva no es culpa mía que la copa de los demás esté rota o dada de vuelta". Quiso cambiar de pensamiento y se encontró con otro que la angustió: "quizás yo no me merezco tener la copa llena". Finalmente el rostro de Copaluz se iluminó: la solución le apareció claramente en su mente. Había tenido una idea feliz. Tomó la botella de champaña, se paró sobre una silla alta y le pidió a todas las presentes que la rodearan formando un círculo. Ahí estaban a su lado todos sus seres queridos: Copafeliz, Coparrota y Dadavuelta.
Copaluz estaba allí, arriba de la silla, parada bien alta y a su alrededor todas sus amigas. Entonces descorchó la botella y comenzó a llenar su copa. Por supuesto enseguida se completó y comenzó a desbordarse. Nunca se había sentido tan feliz mientras seguía derramando el contenido de la botella sobre su copa y el líquido continuaba desbordando por sus costados. Éste caía naturalmente sobre sus amigas que estaban debajo.
Copaluz ya no necesitaba hacer ningún esfuerzo ni sacrificio para darle el líquido a las demás, éste fluía naturalmente hacia los otros. Coparrota recibió el líquido y no pudo contenerlo, se le escapaba por el agujero de su base. Dadavuelta, sintió el líquido que la hacía cosquillas a su alrededor pero no permitió que ni una gota entrara en su interior; en cambio, Copafeliz lo recibía con alegría y su copa se llenó rápidamente, desbordando a su vez.
El objetivo se había cumplido. Copaluz estaba desbordando de alegría, lo mismo que Copafeliz. Coparrota ya sin líquido, empezaba a preguntarse si la vida necesariamente tendría que ser así: "no poder retener los momentos felices". Dadavuelta seguía tan cascarrabias como siempre, ¡pero era tan querible!. Algún día se daría cuenta que era igualmente capaz de retener el líquido porque era perfecta, sólo que estaba al revés.
El Sufí Al Zahir, una vez terminado el cuento, guardó silencio por unos minutos y luego tomó a Amena de las manos, la miró firmemente a los ojos y le dijo:
- Hija mía, busca entender el significado de las escrituras. Ellas dicen que quieras a los demás como a ti mismo, no primero a ti, ni tampoco primero a los demás.
Y agregó:
- Si quieres la felicidad de los demás, primero busca la felicidad dentro de ti.
Luego Al Zahir la acompañó hasta la puerta y le dijo:
- Hija, ve en paz y llénate de amor y cuidados, luego, naturalmente desbordarás sobre los otros ese amor y cuidado.
Amena salió, miró el sol de frente y sintió sus cálidos rayos en la piel. Dejó que los perfumes de las flores del lugar se impregnaran en su cuerpo, y tomó conciencia de que llegaba la primavera. Luego con un andar tranquilo se perdió en el horizonte. Iba con su corazón en paz.
Autor Desconocido.
Me encantan los cuentos con moraleja, nos permiten comprender al no sentirnos directamente implicados. Entonces es cuando podemos ver como tenemos nuestra copa.
Esta bien orientada, no esta rota ni sucia ni llena de otro contenido. Si somos copa rota seremos incapaces de albergar experiencias, enseñanzas, amistades... todo ello se filtrará como agua entre los dedos. Si estamos invertidos, de espaldas a la vida, solo tendremos espacio para lamentos y victimismos. Si nuestra copa esta sucia contaminará el néctar más preciado, descuidados y creedores de que nuestras falsas apreciaciones son las correctas malinterpretaremos todo conocimiento. Si nuestra copa esta llena de prejuicios estaremos cerrados a nuevas ideas prisioneros de nuestro orgullo.
Solo cuando nos anime una recta motivación, libres de prejuicios, abiertos a la vida, limpios y humildes de corazón, estaremos en disposición de recibir agradecidos los dones que la vida nos depare.
A la tienda del señor Al Zahir, llegó una mujer profundamente religiosa, Amena, quien estaba muy preocupada por el significado de las escrituras, quería llevar una vida dedicada a sus seres queridos.
Con voz temblorosa y lágrimas en los ojos, Amena dijo:
- Al Zahir, dime ¿cómo lograr que todos mis seres queridos estén felices?. Y agregó: Esto es lo que más anhelo en mi vida, cuando lo logre, podré dedicarme a mí y estar en paz.
Al Zahir la escuchó en silencio y luego le dijo:
- Siéntate que te contaré una historia.
Al Zahir comenzó su relato:
- En el mundo de las cosas, vivía allá hace mucho tiempo y allá a lo lejos, una copa llamada Copaluz. Era una copa muy buena y un día organizó una fiesta. Estaban invitadas todas las copas de la comarca. A la fiesta llegaron todas. Entre ellas estaban sus amigas más queridas: Copafeliz, Coparrota y Dadavuelta.
Dadavuelta era, según la opinión de todas, directamente un ser negativo. Era como si todo lo viese al revés. Nada le parecía bien. Es más, afirmaba que el mundo estaba "dado de vueltas". Las demás copas ya estaban acostumbradas a su actitud y directamente no era tomada en cuenta. Pero, a pesar de todo, Copaluz la había invitado porque era una copa muy bella y quería estar a su lado el día que se diera vuelta.
Al llegar el momento del brindis, Copaluz tomó una botella de champaña y la descorchó alegremente. Todas las copas se acercaron y ella comenzó a llenarlas. Comenzó por aquellas copas que creyó que necesitaban estar más alegres. Primero con Coparrota. Pero por más que Copaluz se esforzaba por llenarla, el líquido no podía contenerse. Este se escapaba por el agujero y se desparramaba sobre la mesa. Intentó luego con Dadavuelta. Pero ésta, como siempre, estaba muy sanita y con las patas para arriba. Por supuesto todo intento de llenar a Coparrota y a Dadavuelta resultó inútil. Cuando Copaluz se dio cuenta ya era tarde: no quedaba champaña para llenar las otras copas, ni pensar siquiera en llenar la suya.
Copaluz era tan buena y considerada que tomó otra botella e hizo lo mismo, volvió a tratar de llenar de champaña a Coparrota y a Dadavuelta. El resultado fue el mismo, no le quedó ni una sola gota para las demás. Volvió a buscar otra botella y se dio cuenta de que ésta era la única que le quedaba para brindar. Un enorme desafío se le planteaba: ¿cómo hacer para llenar todas las copas con la única botella que le quedaba para esa fiesta?. Mañana podría conseguir más champaña, pero hoy ya no, era imposible. Tendría que arreglarse de algún modo con su única botella.
Mientras pensaba y pensaba, muchas ideas se le cruzaban por la mente. Algunas, como la siguiente, las descartó por considerarlas totalmente egoístas: "quizás yo debo tomar el líquido, pues en definitiva no es culpa mía que la copa de los demás esté rota o dada de vuelta". Quiso cambiar de pensamiento y se encontró con otro que la angustió: "quizás yo no me merezco tener la copa llena". Finalmente el rostro de Copaluz se iluminó: la solución le apareció claramente en su mente. Había tenido una idea feliz. Tomó la botella de champaña, se paró sobre una silla alta y le pidió a todas las presentes que la rodearan formando un círculo. Ahí estaban a su lado todos sus seres queridos: Copafeliz, Coparrota y Dadavuelta.
Copaluz estaba allí, arriba de la silla, parada bien alta y a su alrededor todas sus amigas. Entonces descorchó la botella y comenzó a llenar su copa. Por supuesto enseguida se completó y comenzó a desbordarse. Nunca se había sentido tan feliz mientras seguía derramando el contenido de la botella sobre su copa y el líquido continuaba desbordando por sus costados. Éste caía naturalmente sobre sus amigas que estaban debajo.
Copaluz ya no necesitaba hacer ningún esfuerzo ni sacrificio para darle el líquido a las demás, éste fluía naturalmente hacia los otros. Coparrota recibió el líquido y no pudo contenerlo, se le escapaba por el agujero de su base. Dadavuelta, sintió el líquido que la hacía cosquillas a su alrededor pero no permitió que ni una gota entrara en su interior; en cambio, Copafeliz lo recibía con alegría y su copa se llenó rápidamente, desbordando a su vez.
El objetivo se había cumplido. Copaluz estaba desbordando de alegría, lo mismo que Copafeliz. Coparrota ya sin líquido, empezaba a preguntarse si la vida necesariamente tendría que ser así: "no poder retener los momentos felices". Dadavuelta seguía tan cascarrabias como siempre, ¡pero era tan querible!. Algún día se daría cuenta que era igualmente capaz de retener el líquido porque era perfecta, sólo que estaba al revés.
El Sufí Al Zahir, una vez terminado el cuento, guardó silencio por unos minutos y luego tomó a Amena de las manos, la miró firmemente a los ojos y le dijo:
- Hija mía, busca entender el significado de las escrituras. Ellas dicen que quieras a los demás como a ti mismo, no primero a ti, ni tampoco primero a los demás.
Y agregó:
- Si quieres la felicidad de los demás, primero busca la felicidad dentro de ti.
Luego Al Zahir la acompañó hasta la puerta y le dijo:
- Hija, ve en paz y llénate de amor y cuidados, luego, naturalmente desbordarás sobre los otros ese amor y cuidado.
Amena salió, miró el sol de frente y sintió sus cálidos rayos en la piel. Dejó que los perfumes de las flores del lugar se impregnaran en su cuerpo, y tomó conciencia de que llegaba la primavera. Luego con un andar tranquilo se perdió en el horizonte. Iba con su corazón en paz.
Autor Desconocido.
Me encantan los cuentos con moraleja, nos permiten comprender al no sentirnos directamente implicados. Entonces es cuando podemos ver como tenemos nuestra copa.
Esta bien orientada, no esta rota ni sucia ni llena de otro contenido. Si somos copa rota seremos incapaces de albergar experiencias, enseñanzas, amistades... todo ello se filtrará como agua entre los dedos. Si estamos invertidos, de espaldas a la vida, solo tendremos espacio para lamentos y victimismos. Si nuestra copa esta sucia contaminará el néctar más preciado, descuidados y creedores de que nuestras falsas apreciaciones son las correctas malinterpretaremos todo conocimiento. Si nuestra copa esta llena de prejuicios estaremos cerrados a nuevas ideas prisioneros de nuestro orgullo.
Solo cuando nos anime una recta motivación, libres de prejuicios, abiertos a la vida, limpios y humildes de corazón, estaremos en disposición de recibir agradecidos los dones que la vida nos depare.
24 JUNIO 2013
Revista Glamour, Suzanne Powell, julio 2013
Nunca pensé que saliera en una revista de moda, y en portada, jejeje..... escrito por una alumna zen, periodista. La foto fue sacada durante el fin de semana del curso zen de Avilés el año pasado.
Ya vemos que no hay nada imposible....
Publicado por Suzanne Powell en 10:14
viernes, 21 de junio de 2013
Hoy 21 de junio llega a nuestra ciudad nuestra amiga Suzanne, acompañada de Sandra y Rufi !
aprenderemos de sus extensos conocimientos, enseñanzas y disfrutaremos de su agradable compañia !!!
Muchisimas gracias Suzanne, por tu labor y dedicación.
EL PUEBLO GALLEGO TE RECIBE CON CARIÑO Y TE DA LA BIENVENIDA !!!
jueves, 20 de junio de 2013
HAY 12 PUNTOS FUNDAMENTALES EN LA VIDA DE UN MAESTRO
ZEN ....
*1. Una cosa cada vez. Es parte de la vida de un monje Zen, una tarea, nada de multitareas. Un proverbio Zen dice "cuando camines, camina. Cuando comas, come"*
**
*2. Hazlo pausadamente y con propósito. Aunque hagas una cosa cada vez, pueden realizarse aleatoriamente y con precipitación. Por el contrario tus acciones deberán ser razonadas y realizadas con pausa, así ganarás en concentración.*
**
*3. Hazlo de forma plena. Centra tu mente en la tarea y complétala antes de pasar a la siguiente. Si algo queda inacabado, aparta la tarea completamente no dejando ningún resquicio. Si preparas un bocadillo, no lo comas hasta que
hayas recojido y limpiado todo lo que utilizaste para prepararlo.*
**
*4. Haz menos. Un monje Zen no tiene una vida perezosa. Se levanta pronto y trabajada durante todo el día, pero no genera una lista de tareas sin acabar. Realice las tareas que realice serán esas y ninguna más. Menos tareas significa poner tu atención en ellas y las realizarás plenamente.
Muchas tareas programadas hará que saltemos de una a otra rápidamente sin pensar y sin concentrarnos en ellas.*
**
*5. Espacia las tareas. Disponer de tiempo entre tareas te ayudará a concentrarte en ellas y te facilitará completarlas. Una programación relajada ayudará a finalizar tareas que se alarguen disponiendo del tiempo
que necesario para finalizarlas.*
**
*6. Desarrolla rituales. Los monjes Zen tienes sus propios rituales para las tareas que realizan, desde comer a limpiar o meditar. Eso les ayuda a darles
la máxima atención y a que sean realizadas, con pausa, correctamente. No tienes que seguir ningún ritual, crea tus propios para cada tarea que
realices, preparar comida, limpiar, despertarse o acostarse o hasta como preparase para el ejercicio.*
**
*7. Asigna tiempo para ciertas tareas. Hay tareas diarias que requieren un horario específico. Determina el tiempo para el aseo, para trabajar, para limpiar o para comer. Esto asegura que las tareas sean realizadas regularmente. Si para ti una tarea tiene la importancia suficiente para realizarse con regularidad, asígnale el tiempo necesario.*
**
*8. Dedica tiempo a sentarte. Una parte fundamental de la vida del monje Zen es la meditación sentado (zazen). Esto requiere designar un tiempo simplemente para sentarse. La meditación es práctica ayuda a encontrase pero no hay por qué realizarla cuando estés sentado. Hacer ejercicio puede ser
una buena práctica para centrarse en uno mismo, cualquier actividad te pude ayudar a encontrarte.*
**
*9. Sonríe y ayuda a los demás. Los monjes Zen dedican parte de su día al servicio a los demás. Esto enseña humildad y aleja el egoísmo de sus vidas que se orientan al servicio. Dentro de la familia o fuera puedes dedicar ese tiempo a los demás. De igual forma sonreír y ser amable con todo el mundo
ayuda a mejorar la vida de los que te rodean. Considera unirte al trabajo voluntario de caridad.*
**
*10. Haz que limpiar o cocinar sean parte de la meditación. Además de la meditación zazen, limpiar y cocinar son partes importantes del día de un monje Zen. Pueden resultar ensalzantes al realizarlas cada día como practica del auto-conocimiento. Si para ti son aburridas, intenta hacerlas parte de
la meditación, concéntrate en ellas, hazlas pausada y plenamente, tu día cambiara plenamente (y tu casa estará más limpia).*
**
*11. Piensa qué es necesario. Hay muy poco en la vida de un monje Zen que no sea necesario. En su armario no hay prendas exclusivas, ni muchos zapatos,
nada de instrumentos tecnológicos, coches o comida basura (su dieta es vegetariana). No es necesario vivir como un monje Zen pero nos tiene que servir para recordar que hay muchas cosas en la vida que no son necesarias, y es interesante pensar que necesitamos realmente en nuestra vida y que
cosas son necesarias.*
**
*12. Vive de forma sencilla. Es el corolario de la regla 11, si no es
necesario, puedes vivir sin ello. Libérate de aquello que no sea necesario o esencial. Para cada uno, esto será diferente, familia, lectura, ejercicio o lo amigos pueden ser algo esencial en tu vida. Decide que es lo más
importante para ti y hazle hueco en tu vida eliminando lo que no sea esencial.* ZEN
ZEN ....
*1. Una cosa cada vez. Es parte de la vida de un monje Zen, una tarea, nada de multitareas. Un proverbio Zen dice "cuando camines, camina. Cuando comas, come"*
**
*2. Hazlo pausadamente y con propósito. Aunque hagas una cosa cada vez, pueden realizarse aleatoriamente y con precipitación. Por el contrario tus acciones deberán ser razonadas y realizadas con pausa, así ganarás en concentración.*
**
*3. Hazlo de forma plena. Centra tu mente en la tarea y complétala antes de pasar a la siguiente. Si algo queda inacabado, aparta la tarea completamente no dejando ningún resquicio. Si preparas un bocadillo, no lo comas hasta que
hayas recojido y limpiado todo lo que utilizaste para prepararlo.*
**
*4. Haz menos. Un monje Zen no tiene una vida perezosa. Se levanta pronto y trabajada durante todo el día, pero no genera una lista de tareas sin acabar. Realice las tareas que realice serán esas y ninguna más. Menos tareas significa poner tu atención en ellas y las realizarás plenamente.
Muchas tareas programadas hará que saltemos de una a otra rápidamente sin pensar y sin concentrarnos en ellas.*
**
*5. Espacia las tareas. Disponer de tiempo entre tareas te ayudará a concentrarte en ellas y te facilitará completarlas. Una programación relajada ayudará a finalizar tareas que se alarguen disponiendo del tiempo
que necesario para finalizarlas.*
**
*6. Desarrolla rituales. Los monjes Zen tienes sus propios rituales para las tareas que realizan, desde comer a limpiar o meditar. Eso les ayuda a darles
la máxima atención y a que sean realizadas, con pausa, correctamente. No tienes que seguir ningún ritual, crea tus propios para cada tarea que
realices, preparar comida, limpiar, despertarse o acostarse o hasta como preparase para el ejercicio.*
**
*7. Asigna tiempo para ciertas tareas. Hay tareas diarias que requieren un horario específico. Determina el tiempo para el aseo, para trabajar, para limpiar o para comer. Esto asegura que las tareas sean realizadas regularmente. Si para ti una tarea tiene la importancia suficiente para realizarse con regularidad, asígnale el tiempo necesario.*
**
*8. Dedica tiempo a sentarte. Una parte fundamental de la vida del monje Zen es la meditación sentado (zazen). Esto requiere designar un tiempo simplemente para sentarse. La meditación es práctica ayuda a encontrase pero no hay por qué realizarla cuando estés sentado. Hacer ejercicio puede ser
una buena práctica para centrarse en uno mismo, cualquier actividad te pude ayudar a encontrarte.*
**
*9. Sonríe y ayuda a los demás. Los monjes Zen dedican parte de su día al servicio a los demás. Esto enseña humildad y aleja el egoísmo de sus vidas que se orientan al servicio. Dentro de la familia o fuera puedes dedicar ese tiempo a los demás. De igual forma sonreír y ser amable con todo el mundo
ayuda a mejorar la vida de los que te rodean. Considera unirte al trabajo voluntario de caridad.*
**
*10. Haz que limpiar o cocinar sean parte de la meditación. Además de la meditación zazen, limpiar y cocinar son partes importantes del día de un monje Zen. Pueden resultar ensalzantes al realizarlas cada día como practica del auto-conocimiento. Si para ti son aburridas, intenta hacerlas parte de
la meditación, concéntrate en ellas, hazlas pausada y plenamente, tu día cambiara plenamente (y tu casa estará más limpia).*
**
*11. Piensa qué es necesario. Hay muy poco en la vida de un monje Zen que no sea necesario. En su armario no hay prendas exclusivas, ni muchos zapatos,
nada de instrumentos tecnológicos, coches o comida basura (su dieta es vegetariana). No es necesario vivir como un monje Zen pero nos tiene que servir para recordar que hay muchas cosas en la vida que no son necesarias, y es interesante pensar que necesitamos realmente en nuestra vida y que
cosas son necesarias.*
**
*12. Vive de forma sencilla. Es el corolario de la regla 11, si no es
necesario, puedes vivir sin ello. Libérate de aquello que no sea necesario o esencial. Para cada uno, esto será diferente, familia, lectura, ejercicio o lo amigos pueden ser algo esencial en tu vida. Decide que es lo más
importante para ti y hazle hueco en tu vida eliminando lo que no sea esencial.* ZEN
domingo, 9 de junio de 2013
- EL TREN DE LA VIDA -
Hace tiempo. leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una lectura extremadamente interesante, cuando es bien interpretada.
La
vida no es más que un viaje en tren, repleto de embarques y
desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos
casos y de profundas tristezas en otros. Al nacer nos subimos al tren y
nos encontramos con algunas personas, las cuales creemos que siempre
estarán con nosotros en este viaje (nuestros padres).
Lamentablemente
la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos
huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable.
No
obstante, esto no impide que se suban otras personas que serán muy
especiales para nosotros. Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores
maravillosos.
De
las personas que toman este tren, habrá también los que lo hagan como
un simple paseo. Otros encontrarán solamente tristeza en el viaje. Y
habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos en
ayudar a quien lo necesite. Muchos al bajar, dejarán una añoranza
permanente. Otros pasarán desapercibidos, que ni siquiera nos daremos
cuenta que desocuparon el asiento.
Es
curioso que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se
acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga
hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que
durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a
ellos. Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues
habrá otra persona ocupando el asiento. No importa; el viaje se hace de
este modo: lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas…
Pero nunca habrá regresos.
Entonces
hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de
relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo
mejor de ellos. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto,
ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos. Nosotros
también titubearemos y habrá alguien que nos comprenda.
El
gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación
bajaremos y mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera
el que está sentado en el asiento de al lado.
Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia… creo que sí.
Separarme
de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso. Dejar que
mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de
que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran
emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando
embarcaron. Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el
equipaje creciera y se hiciera valioso.
Amigo mío, hagamos que nuestra estancia en este tren sea tranquila y que haya valido la pena.
Hagamos
tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro
asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que permanezcan en
el viaje.
A tí, que eres parte de mi tren, te deseo un…
¡¡¡FELIZ VIAJE!!!.
¡¡¡FELIZ VIAJE!!!.
viernes, 7 de junio de 2013
miércoles, 5 de junio de 2013
Un gran sabio dijo una vez a un estudiante que llevara dos notas en sus bolsillos todo el tiempo. En su bolsillo derecho debería colocar una nota diciendo: “¡Lo soy todo!” mientras que en el bolsillo izquierdo debería colocar otra nota donde se leyera: “¡No soy nada!”.
En los momentos en los que el estudiante sentía que era más grande que otros, debía leer la nota de su bolsillo izquierdo, pero cuando se sentía deprimido o mal consigo mismo, debía leer el mensaje inspirador de su bolsillo derecho.
Es una lección importante sobre mantener balance dentro de nuestra conciencia.
Aquél que está espiritualmente evolucionado sabe que nunca es más grande o más pequeño que la persona que está su lado.
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