Hoy por hoy he perdido ese cruel hábito de mirar hacia atrás habitando siempre mi pasado, por una razón muy importante:
Si bien es cierto que el atrás significó siempre ese soporte donde cimenté mi propia vida día a día, siento que hoy ya no hay razones que me hablen del pasado porque todo lo bueno que existió allá, sin dudas está aquí, tatuado en mi corazón por siempre y aquello no tan bueno que también tuvo su peso, se diluyó simplemente. El esfuerzo, el tiempo, la osadía que viene adosada al cambio y todo eso que invertí en cambiar mi vida y ser mejor persona cada vez, me dice que la vida es ésta y que el pasado no existe, por lo menos no para vivir en él.
Entonces...
¿De qué se trata hoy mi vida? Te lo explico de este modo....
Antes de abordar mi viaje a la muerte adornada de pura seriedad y monotonía, de una mente dolida, estructurada, conservadora, arcaica y un cuerpo escultural y atractivo, prefiero mil veces viajar a mi tumba montada en un Jumbo donde me pueda cagar de risa mientras me como un chocolate o un helado de cerezas al marrasquino y en la otra mano me tambalee bieeeen fresquito un vaso de Gancia con mucho hielo y limón. Esto es así desde que comprendí que no hay nada de qué preocuparse, que todo ha sido, es y seguirá siendo perfecto entre el cielo y la tierra. Entonces sí, quiero llegar hecha polvo aunque solo me quede aliento para gritar bien fuerte: Puaaaaaaaaa, menudo viaje mi vida, carajo !!! jajaja
Y aquí voy... Sin cansancio ni absurdas excusas que me detengan y con el único motivo que se mueve desde mis entrañas, EL AMOR...
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