jueves, 15 de mayo de 2014




En el momento en que confías y te dejas ir, en el momento en que dejas de luchar contra la existencia, entonces no tienes necesidad de preocuparte de nada. La existencia te cuida. 

Todo el problema con la mente humana es que está constantemente en lucha, tratando de ir contracorriente. Hay una razón por la que lo hace; sólo yendo contracorriente se satisface el ego. Con sólo seguir el flujo de la vida, sin lucha alguna, dejando que la vida te conduzca a donde quiera, tu ego desaparecerá. 

Tú serás, incluso serás más de lo que eres ahora —más 
auténtico, más verdadero—, pero no tendrás la sensación del «yo». Y entonces serás capaz de ver hacia dónde vas. 

Incluso el camino que se traza con tu movimiento puede ser visto por los que no tienen ego. Uno puede ver las huellas de los pájaros volando en el cielo. No dejan huellas; pero cuando la mente está limpia del ego, el ser entero se vuelve un espejo tan limpio que incluso esas huellas se reflejan. 


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