viernes, 13 de junio de 2014



Shiatsu. Estres y dolor de espalda.
El estrés es uno de los factores que aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda, pero se pueden tomar medidas para evitarlo y controlarlo. Aunque los estudios realizados para medir este efecto han tenido resultados contradictorios, se acepta que el estrés altera el estado de los nervios que controlan el funcionamiento de los músculos, facilitando su contractura. En esa situación, la contractura muscular puede aparecer ante esfuerzos musculares muy pequeños, o incluso espontáneamente, y desencadenar episodios dolorosos.
El estrés también podría interferir en la coordinación de los distintos grupos musculares que participan en el funcionamiento de la espalda. En condiciones normales, los abdominales y la musculatura paravertebral se coordinan entre sí para mantener una postura o conservar el equilibrio durante el movimiento. Esta coordinación depende de reflejos nerviosos. El estrés podría afectar a la coordinación de estos reflejos y provocar que la musculatura se contrajera inadecuadamente o a destiempo, favoreciendo las lesiones.
El dolor de espalda habitualmente no tiene consecuencias negativas para la persona estresada. Aproximadamente el 80 por ciento de la población sufre dolor de espalda en algún momento de su vida, y la inmensa mayoría padece estrés de manera ocasional, periódica o constante. El dolor de espalda puede ser una molestia más para la persona estresada, pero el hecho de padecerlo no tiene más consecuencias negativas que las propias molestias que depara.
Sólo en personalidades predispuestas puede desencadenar pautas de comportamiento psicosomáticas (en las que el sujeto aprende a convertir los conflictos psicológicos en síntomas físicos), hipocondríacas (en las que se convence de sufrir afecciones físicas que no padece realmente e incluso cree percibir sus síntomas), u obsesivas (en las que su dolor de espalda se convierte en el centro de su vida).
Por otra parte, si el estrés se mantiene mucho tiempo y provoca dolores de espalda con cada vez mayor frecuencia y duración, el dolor puede llegar a hacerse crónico. Un mecanismo neurológico puede explicar que cuanto más dura o se repite el dolor de espalda, mayor es el riesgo de que se cronifique por sí mismo, con independencia de cuál sea la causa que lo desencadenara inicialmente. Este proceso es más probable y rápido si al aparecer el dolor se hace reposo y se reduce la actividad física.
Fuente: Shiatsu Tarragona.

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