martes, 8 de julio de 2014




Lo que sigue es apenas una minúscula parte de las incontables historias del Mulla Nasrudin, personaje emblemático utilizado por los maestros sufis (y muchos maestros espirituales) como apoyo iniciatico al servicio de sus enseñanzas.
En occidente se los conoce por los libros de Idries Shah. 

LAS ARMAS DEL MULLA
Mulla Nasrudin inicio un viaje hacia tierras lejanas, motivo por el cual se consiguió una cimitarra y una lanza. En el camino, un bandido cuya única arma era un bastón, se le hecho encima y lo despojo de sus pertenencias.
Cuando llego a la ciudad mas próxima, el Mulla contó su desgracia a sus amigos, quienes le preguntaron como había sucedido que el, estando armado con una cimitarra y una lanza, no hubiera podido dominar a un ladrón armado con un modesto bastón.
El replico: El problema fue precisamente que yo tenia las dos manos ocupadas, una con la cimitarra y la otra con la lanza. ¿Como creen ustedes que hubiera podido salir airoso?
La interpretación de esta historia se vuelve evidente al conocer otra acerca del erudito…

EL ERUDITO
Mulla Nasrudin consiguió trabajo de barquero. Cierto día, transportando a un erudito, el hombre le pregunta:
-¿Conoce usted la gramática?
-No, en absoluto - responde Nasrudin.
- Bueno permítame decirle que ha perdido usted la mitad de su vida - replica con desdén el erudito.
Poco después, el viento comienza a soplar y la barca esta a punto de ser tragada por las olas. Justo antes de irse a pique, el Mulla pregunta a su pasajero:
- ¿Sabe usted nadar?
- ¡No! - contesta, aterrorizado, el erudito.
- Bueno, ¡permítame decirle que ha perdido usted toda su vida!
Esta segunda historia se relaciona directamente con la anterior. Nos dice: ¿De que sirve tener un conocimiento si no sabemos aplicarlo a la realidad?
En otras palabras, ¿de que sirve armarnos de un saber inútil?
Después de haber leído ambas historias, me pregunto: ¿Que se? ¿De que hablo? ¿Es necesario instruirse? Si, es importante hacerlo, pero hay que indagar de que sirve el conocimiento adquirido y saber deshacernos del que es inútil.
Por mi parte prefiero utilizar el conocimiento para desarrollar una técnica personal que conozca a fondo y se aplique a la realidad, en vez de coleccionar miles de conocimientos que no aplicare nunca.
¿De que sirven todas las teorías sobre la sexualidad, el amor, el bien, la oración, .... , si jamás la aplico? Es como ocultarse atrás de ese saber, para no hacer nada.

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