Un anciano iba caminando por la calle. De repente vio a un niñito de unos seis años dándole miguitas de pan a un perrito hambriento. El anciano se dirigió al niño y le preguntó por qué estaba compartiendo su pedazo de pan con el perro.
Y el niño le respondió así: "Porque este perrito no tiene a nadie, no tiene casa ni tiene familia. Nada. Y si no le doy de comer, se va a morir de hambre, el pobrecito". Entonces el anciano le dijo: "Pero por todas partes hay perros sin un techo, así que todo tu esfuerzo no vale de nada". Y el niño, acariciando al perrito, le respondió: "Puede ser que para otros no, pero para este perrito, es la diferencia entre la vida y la muerte".
No hay comentarios:
Publicar un comentario