Pepitas de Oro:
Cuando la gente habla quiere imponerte su opinión.
Esto es tratar de implantar un imperio sutil. Cuando la
gente habla quiere adoctrinarte, pues los que tienen una
doctrina, en el fondo temen que ésta pueda ser verdadera
o no.
La única forma que tienen de saber si es verdadera es
cuando, al adoctrinar a mucha gente, pueden ver en sus
ojos la convicción, la conversión. Entonces se sienten
tranquilos, porque la aritmética es: «Si tantos encuentran
deleite en lo que les digo, entonces debe de haber
alguna verdad en ello.»
La gente habla a los otros para ellos mismos poder
creer en lo que dicen.
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