viernes, 20 de diciembre de 2013




En un principio fue el verbo. Sucede cuando despiertas por la mañana. La palabra es tuya. Así se crea el mundo.
Antes del principio, sólo hay realidad, sin forma y perfecta, solitaria, infinita, libre. No hay nombre para ello, no hay siquiera el leve ondear de un nombre. El nombre es la leve ola. Y en esa ola surge todo el lago.
Lo real es innombrable. No cambia, no fluye, no se ausenta ni vuelve, ni siquiera existe, está más allá de la existencia y la no_existencia. Si le pones un nombre, no obtienes nada. Así que lo puedes llamar "El Tao" si quieres; ese nombre sirve como cualquier otro. Como sea que lo llames, no es eso. Y siempre es un comienzo. 
B.Katie Mil nombres para el gozo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario