Una persona que verdaderamente tiene el sentido de ayudar a otros o de hacer el bien no necesita de halagos, ni reconocimientos, ni títulos, ni nada. Hay que dar de lo que tenemos sin buscar compensación porque la vida sólita se encargara de ello. Puedes brillar en un mundo de oscuridad y puedes hacerte notar en un mar de gente sin la necesidad de que tu ego se sienta homenajeado. Con humildad se logra muchas cosas y casi siempre de "nada" se obtiene "mucho".
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